Los Diarios de Villa Fábula

martes, 3 de marzo de 2009

Fables #81


Estamos ante uno de esos números que van a quedar en nuestras retinas y memorias por mucho tiempo. Ante el cúlmen de una muerte anunciada desde bastante atrás. La despedida final del Chico de Azul es mucho más de lo que podríamos esperar en un principio.
Pero antes de asistir a los últimos estadios de su agonía vemos como finalmente Mr Dark llega a nuestro mundo y crea su propio reino particular en lo que antes fue Villa Fábula, alejando a todos los humanos del lugar y haciéndoles olvidar su existencia. También comprendemos al fin para qué sirven los dientes que devoraba. Son para poder invocar de nuevo a aquellos que ha convertido en sus esclavos no-muertos. Y nos llevamos una desagradable sorpresa. No todos los ciudadanos de Villa Fábula escaparon del colapso del edificio. Kay aún estaba allí y es convertido en otro de los esclavos de Mr. Dark.
Tiempos cada vez más oscuros se acercan. Frau Totenkinder ya lo ha visto claramente, e incluso ella tiene miedo ahora.
Pero volvamos a la trama principal del número. Las últimas horas de vida de Chico son terribles, le hemos visto descender de forma cada vez más vertiginosa hacia lo inevitable sin que nadie pudiese hacer lo más mínimo. Incluso el propio Papamoscas trata de curarle por medio del poder extraído del Bosque Mágico en un último intento desesperado, pero todo es inútil. De forma paralela a su enfermedad, vemos como rosa Roja es incapaz de asmuir lo inasumible, que el hombre al que tal vez amaba realmente va a marcharse para siempre. La escena de la despedida entre ambos es sobrecogedora, y deconstruye de forma completa a una Rosa, que probablemnte ya nunca vuelva a ser la misma.
Pero además tenemos el encontronazo de Geppetto y las fábulas animales bajo el mando del Rey Noble, algo que parece que va a ser muy desagradable para el primero. El divorcio de la propia Rosa y Simbad, por medio del método árabe, aunque de una forma poco ortodoxa, o la amenaza de Lobo para con ella cuando tras uno y otro intento ella no reacciona.
Y luego la vigilia. La larga vigilia hasta que la noticia de lo inevitable llega. Y el último deseo de Chico es llevado a cabo.

Este número es realmente un epílogo para Chico, un epílogo ribeteado de verdadera tristeza y pesar. Bill Wilingham ha querido brindarnos una despedida dura y dolorosa para uno de los personajes más queridos de la serie para asegurarnos que aquí no va a ver vuelta atrás (al menos no en el horizonte).
Y el apartado artístico está más que a la altura. Mark Buckingham hace un trabajo tremendo para plasmar toda la pesadumbre que se concentra en la granja durante esos días, esos últimos días. Y la entintación de Andrew Pepoy para resaltar al Chico de Azul moribundo es sublime.
Sólo queda por mencionar la rúbrica final de James Jean para con Fábulas, demasiadas despedidas en un sólo número. Su editorial y su portada son todo un homenaje. Caperucita, el amor platónico e imposible de Chico, tratando de limpiar, de sacar la enfermedad de su cuerpo. Una figura claramente inspirada en la Piedad y que lo dice todo. El dolor de toda una comunidad, de todos los miembros que son representados por medio de símbolos y detalles a lo largo de más de 90 portadas entre tomos y números únicos.
Muchas cosas acaban aquí, tal vez más que en aquel número 75, y muchas serán distintas a partir de ahora. Es con este número con el que yo siento que de verdad ha terminado la primera época de Fábulas o el entretiempo entre la primera época y lo que vendrá ahora.
Ya sólo nos queda enjugar las lágrimas y esperar a ver qué vendrá ahora.

2 comentarios:

  1. Sé que últimamente el blog anda algo descatualizado. Estoy tratando de ponerlo al día a lo largo de esta semana. Perdonad los retrasos.

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  2. Un post muy emotivo, Héctor. Yo no hubiera matado a Blue Boy, ya sea por el cariño que le tengo... o porque me parece un personaje demasiado imprescindible. Pero la historia ha continuado sin Barba Azul y sin Prince Charming, así que...

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