Los Diarios de Villa Fábula

jueves, 17 de febrero de 2011

Fables #101


Tras la resaca del Número 100 tenemos una historia corta de tono mucho más ligero que el especial.

Bufkin, el Espejo Mágico y el Monstruo de Frankenstein discuten sobre qué hacer ahora que están libres de todas las amenazas que poblaban la oficina, pero aún siguen encerrados en ella. Es así como el Espejo Mágico decide que Bufkin debería emprender otras cuantas gestas heroicas antes de coronarse rey de todos los que aún viven en la oficina.
De esta forma Bufkin comienza a escalar el gran árbol (que ahora más que nunca recuerda muchísimo a Yggdrasil) en busca de otros mundos. Tras varios encuentros y descubrir a Lily Martagon, una de las chicas de la cebada que se ha colado en su bolsillo. Llega a Ev, uno de los reinos limítrofes con Oz, su tierra natal. Allí salva de forma fortuita a tres prófugos del régimen del Rey Nomo y se autoerige jefe de la resistencia.

El número tiene un tono muy ligero, que se agradece después de toda la tensión del número 100, como un pequeño contrapunto que además deja en el aire la continuación (o más bien el comienzo real) de la lucha de Bufkin en pos de la liberación de su tierra natal. Bill Willingham aseguró en su día que los personajes de Oz irían ganando importancia, y parece que su propia tierra también va a hacerlo.
Aparte de el tono desenfadado y divertido del número, también nos deja alguna perla interesante, como la posible naturaleza adivinatoria del Espejo Mágico (y que tal vez Frankie sí sea un genio después de todo).
Sobre el arte de este número, Shanower lo resuelve muy bien, y deja detalles tan divertidos como los patines del Espejo Mágico. Especial mención al cambio paulatino de la paleta de colores según pasamos de la fría y casi lóbrega oficina hasta la luminosa tierra de Oz (o de Ev).

La trama de la lucha por esa tierra promete ser realmente interesante (y divertida).

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