Los Diarios de Villa Fábula

miércoles, 25 de agosto de 2010

Jack of Fables #46


Que Jack of Fables es una serie que llevaba dambo tumbos bastante tiempo era algo que todos teníamos claro, pero aún de cuando en cuando nos sacaba una sonrisa o dejaba caer alguna pequeña genialidad. Tras este número sinceramente es difícil saber qué opinar sobre el futuro de este serie.

Tras el último arco argumental podíamos esperar las nuevas aventuras de Jack Frost en su carrera como héroe, pero se nos presenta un nuevo salto temporal (parece que bastante grande) y nos encontramos de golpe y porrazo con un nuevo asalto al esperable status quo.

En este número nos encontramos con tres frentes.
Por un lado tenemos a las hermanas Page en la búsqueda de aquellos libros originales que se salvaron antes de la destrucción de las Ramas Doradas y que son las auténticas historias de la mayoría de las fábulas, escritas de puño y letra por Kevin Thorn vaya usted a saber cuándo. Una trama en plan thriller de acción, con muchas patadas, tiros y algo de investigación mediante.
Por otro tenemos a un Jack Frost que piensa en su retirada (¿Ya? Pero si sólo hemos visto dos de sus aventuras. Sí ya, cosas del salto tempotal) y al que ofrecen un último trabajo ¡contra un dragón!
Y finalmente tenemos a Jack (Padre) y a Gary conviviendo de la forma más absurda posible dentro de su cueva.

El problema no es tanto la trama, la historia de las hermanas Page es interesante y promete (ya veremos cuánto dura) un cierto hilo central durante algún tiempo. El que Jack Frost vaya a retirarse resulta algo decepcionante, puede que sus aventuras no fuesen de mucho interés visto el escaso nexo que tenían con el universo Fábulas general, pero al menos eran entretenidas. Pero no, el problema es la forma en que se nos cuenta, sobre todo como se nos pone al día con Jack y Gary. Las tiras cómicas dominicales de Jack Dragon y Gary son definitivamente el punto culminante de una ida de olla que lleva en aumento mucho tiempo.

El salto temporal tampoco es algo que me agrade mucho. Es difícil adaptarse a tanto giro gratuito que esta serie lleva viviendo últimamente. Aunque se agradece que nos dejen detalles como el de la pistola de oro de Priscilla. Pero eso no compensa la sensación de estar dando palos de ciego buscando un hilo conductor para una serie que parece no tenerlo desde hace demasiado.
Lo malo es que se puede augurar un poco la resolución de este arco cuando Jack Hijo se encuentre con Jack Padre y las hermanas Page descubran que la fuente de todos los libros que buscan es Gary, el cual los habrá estado vendiendo para subvencionar las comidas de Jack Padre. Eso sí, si no tenemos ningún otro giro inesperado. Tal vez los autores deberían plantearse convertir la serie en una auténticamente episodico y dejar de buscar hilos conductores que no parecen luego dispuestos o capaces de continuar.

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