La última vez que vimos a Jack Frost le dejamos siendo objeto de una traición por parte de un rey temeroso de ver tambalearse su poder. En el último momento es salvado por Deirdre, la bruja, consiguiendo recuperar su espada y al buen MacDuff, el cual parece haber sido herido por el malvado visir del rey.
Tras una escapada llena de peleas y magia Jack disfruta de un corto período de relax en el refugio de Deirdre, donde es entrenado para mejorar en el manejo de la Hoja Fulminante y en otros menesteres por parte de la bruja. Una vez preparado Jack libera a las muchachas destinadas a ser el tributo para el Empíreo, y tras algunos giros más debidos a la política y el márketing que a la honestidad el rey manda a Jack y a Deirdre en una de sus naves con la misión de matar al Empíreo. Claro que sin mencionar en ningún momento que tal misión no es más que otro intento para traicionar a nuestro héroe y quitarse el problema que le supone de en medio. Tendremos que esperar al mes que viene para saber si esta vez lo consigue.
En lo que al apartado artístico se refiere la primera parte del número la dibuja Tony Akins (quien venía dibujando este arco), pero la segunda mitad corre a cargo de Jim Fern. Más allá de que la soltura con que Akins está dibujando el arco es difícil de igualar, sobre todo por los juegos en la distribución de las viñetas y en el estilo visual de este mundo post-apocalíptico, cabe destacar el gran contraste entre ambos artistas. Es extraño que sea Fern quien remate el número en lugar de Russ Braun (que junto con Akins es el dibujante habitual de la serie y ambos tiene un estilo bastante similar). Fern cumple bien con su mitad del número, pero eso no quita que resulte chocante al lector el cambio tan brusco de dibujo a mitad del mismo.
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