En el última número dejamos a Cenicienta y Aladino entre una buena caída y un montón de ghols hambrientos. pero Aladino tiene un as en la manga (o una alfombra por fajín) y les saca volando de allí (casi) sin problemas.
Claro que ahora no tienen pistas con las que seguir a la misteriosa mujer que les reconoció. Pero para eso Cenicienta también tiene sus propios trucos. Así que usando la primera llamada a larga distancia de su pulsera trae a Jenny Wren para que rastree a su sospechosa y la sigue hasta allí donde vaya. Y mientras esperan Cenicienta y Aladino tienen tiempo para discutir de religión y cultura, darse algún que otro masaje y contarse algo de su pasado.
Entonces Jenny Wren llega hasta el destino de la misteriosa mujer, una plataforma petrolífera en el Círculo Ártico. Así que Cenicienta y Aladino se ponen de camino, y tras cierto momento de intimidad llegan a su destino. Así que que ya sólo queda un poco de paracaidismo, algo de buceo en el Mar del Norte y tenemos a nuestros dos agentes dentro del escondite de los villanos. Y una vez allí encuentran el mayor tesoro mágico nunca visto en este mundo (o en muchos otros) y a las tres mujeres culpables de todo este mercado negro. Tres viejas conocidas, por cierto.
Y mientras todo esto ocurre en Villa Fábula Crispin comienza a vender sus nuevos diseños con muchísimo éxito, incluyendo ciertas zapatillas mágicas que corren solas y que finalmente le provocan un (in)esperado problema a Rapunzel.
Y ahora que la fama pende sobre Crispin es muy probable que si hay más incidentes como éste sean difíciles de encubrir.
Así que nos quedamos con un desastre zapatil en ciernes y con tres ex-esclavas que controlan un emporio de la mafia mágica para el próximo número.
¡Ya hemos llegado al ecuador de la serie! cada vez se acerca más el gran final de esta misión.
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